martes, 9 de diciembre de 2008

FLORENCIA


Firenze, la ciudad donde Stendhal se sintió tan extasiado con tanta belleza arquitectónica, es la capital de la Toscana.
A mitad de camino entre Roma y Milán, entre la Italia más romana y la más europea y a poca distancia de otra maravillosa ciudad italiana, Venecia.
Florencia es una ciudad reconocible por su preciosa e impresionante cúpula: Santa María della Fiore (obra de Brunelleschi), Il Duomo, (la catedral). Al lado su Campanile se alza como una aguja de mármol multicolor hacia el cielo florentino y en frente podemos contemplar el Baptisterio con sus maravillosas puertas doradas del paraíso de Ghiberti.
Los orígenes de la ciudad se remontan al siglo I a.C. cuando Florencia era una colonia romana. En la época medieval abandonó el sistema feudalista y a principios del siglo XIII ya era una comunidad libre y póspera. El desarrollo del arte y de la cultura, de la esfera social y política culminó con los Medicci que proporcionó gran esplendor a la ciudad durante más de tres siglos, siendo los siglos XIII y XVI los más destacados.
Florencia rebosa arte por todas partes. En la Galleria degli Ufizzi donde podemos contemplar todos los trabajos que encargaron los Medicis a sus artistas. La Primavera y el Nacimiento de Venus de Botticelli. También obras de Leonardo, Durero, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano... un sin fin de artistas reunidas en este edificio en el que se necesitan invertir horas para poder verlo todo.
También es famoso Florencia por el imponente David de Miguel Ángel en la Galleria della Accademia y por el fastuoso Ponte Vecchio que atraviesa el río Arno. Lleno de joyerías posee unas inmensas puertas de madera que lo protegen por la noche.

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